lunes, 18 de febrero de 2008


Terrorismo, la nueva amenaza a la sociedad mexicana


Juan Fernando Rodríguez Ángeles


Es momento de tener miedo. Temor por lo que pueda pasar, pero sobre todo, de tener precaución. Es el escenario al que nos ha llevado una guerra sin control, una lucha contra el narcotráfico que ha expuesto sin sentido a la población civil y que desde el inico parecía darle la ventaja a los narcotráficantes. Digo parecía porque a los ojos de muchos, yo incluido, las detenciones, decomisos de droga y arsenal efectuados por los gobiernos federal y locales no daban visos de mermar el poderío de las organizaciones criminales. Pero por lo visto sí lo han hecho, han molestado mucho a los jefes de los cárteles, tanto que su respuesta fue brutal.

A las 2:30 de la tarde del viernes 15 de febrero, en la Avenida Chapuyltepec de la Ciudad de México, a escasos 150 metros de las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF), pero todavía más cerca de la entrada del metro en la estación Insurgentes, un aparato explosivo detonó en las manos de quien cumpliría la labor de verdugo. Presunto integrante del cártel de Sinaloa, el individuo murió en el acto.

La bomba que explotó antes de llegar a su destino no solo dañó las casas, edificios y automóviles en la zona cero, también hizo añicos nuestra de por sí escasa sensación de seguridad. Y es que a la caótica, peligrosa e insegura situación en que vivimos todos los mexicanos, se habrá de sumar un elemento más de preocupación: el terrorismo. En este punto, el símil con la Colombia de los años noventa es obligado. Porque amen del destino que tenía la bomba, los muertos de aquí hubieran sido los mismos de allá: miembros de la sociedad civil, policías, gente inocente. Hubieran sido, porque afortunadamente la mala pericia del criminal hizo detonar el aparato antes de tiempo, muy desafortunadamente para los transeúntes que caminaban por el lugar y que resultaron heridos.

Por esta vez el terrorismo del narco no cumplió su cometido asesino, pero sí ha logrado infundir miedo en la sociedad. Ha puesto al gobierno federal y local frente a las cuerdas ante un ataque que no previeron. Ahora cabe preguntarse su las autoridades están listas para continuar la guerra contra el narcotráfico, poniendo mayor atención en el peligro constantes al que se expone a la sociedad civil. Por nuestra parte, debemos analizar si los mexicanos estamos preparados para vivir de cara al terrorismo.


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